Cada vez más personas en Latinoamérica desean viajar a Estados Unidos, pero no saben cómo llenar el formulario DS-160 o cómo prepararse para la entrevista. Ante esa incertidumbre, muchos recurren a asesores migratorios. Pero, ¿vale la pena pagar por ese servicio?
La respuesta no es un simple sí o no. Contratar un asesor puede ayudarte, pero también puede ponerte en riesgo si no eliges bien. En este artículo te explico cuándo conviene, cuándo no, y cómo evitar caer en estafas o malos consejos.
¿Qué hace un asesor migratorio?
Un asesor migratorio puede ayudarte a:
- Llenar formularios como el DS-160
- Agendar tu cita en la embajada
- Organizar tus documentos
- Simular entrevistas
- Resolver dudas sobre tu perfil
Pero ojo:
No son empleados del gobierno estadounidense ni pueden garantizarte una visa. Tampoco tienen acceso especial para acelerar tu cita ni cambiar la decisión del cónsul.
Poner tu futuro en manos de un tercero
Al contratar a un asesor, estás delegando un asunto importante de tu vida: una solicitud de visa, un perdón migratorio, una petición familiar. Por eso, es fundamental entender los riesgos y saber cómo identificar a los verdaderos profesionales entre tantos falsos expertos.
La embajada de EE. UU. no recomienda su uso
Desde hace un tiempo, la embajada estadounidense ha lanzado campañas en sus canales oficiales para advertir sobre el uso de estos servicios. El motivo principal: muchas personas se hacen pasar por “licenciados” o “abogados de inmigración” para engañar o desinformar a los solicitantes.
Incluso, la embajada ha comenzado a monitorear activamente a asesores migratorios con presencia en redes sociales para verificar los consejos que ofrecen y advertir a los usuarios sobre prácticas indebidas.
¿Por qué la embajada aconseja no usar a los asesores migratorios?
1. Vendedores de sueños y humo
Algunos asesores prometen una visa “segura”, “garantizada” o “aprobada rápidamente” si contratas sus servicios. Esto es falso. Ningún asesor puede garantizar la aprobación. La decisión final depende únicamente del oficial consular, y el día de tu entrevista estarás solo ante él cónsul. El papel de un asesor —cuando es ético— es orientarte, ayudarte con los trámites y formularios y darte consejos.
2. “Tengo un contacto en la embajada”
Una estafa común es alegar tener “contactos” dentro de la embajada que pueden “agilizar” o “aprobar” tu solicitud. Esto en la mayoría de casos es mentira y si fuera cierto, no solo es ilegal, sino sumamente peligroso. Si participas en un proceso fraudulento, puedes quedar vetado permanentemente de cualquier trámite migratorio.
3. Enmascarados detrás del título de “licenciado” o “abogado”
Cuidado: no le creas a cualquiera que, llamándose “licenciado” o “abogado de inmigración”, intenta darte una supuesta asesoría.
Muchas personas asumen que cualquiera con un título llamativo o formación académica tiene la llave para obtener una visa. Pero la realidad es que nadie tiene una “varita mágica” para garantizar el éxito en la embajada.
Peor aún, muchos ni siquiera cuentan con esa formación y se presentan como profesionales titulados en el área.
4. Causantes de mitos y desinformación
Los asesores —sobre todo los menos preparados— son los principales responsables de la confusión que existe en torno a la entrevista consular. Algunos dicen que debes vestirte de tal forma, otros lo contrario. Unos recomiendan hablar poco, otros responder con detalle. Esto genera versiones contradictorias que confunden a los solicitantes. De hecho, si visitas a cinco asesores distintos con la misma pregunta, es probable que obtengas cinco respuestas diferentes.
En nuestro blog ya hemos desmentido muchos de estos mitos populares:
- ¿Debes ir vestido de cierta manera a la entrevista?
- ¿Conviene responder solo lo que te pregunten?
- ¿Depende de la suerte que te aprueben la visa?
5. Falta de ética y malas prácticas
Algunos asesores no te estafan con dinero, pero sí con sus métodos: te invitan a mentir en tu solicitud. Algunos ejemplos:
- Declarar estudios universitarios inexistentes.
- Inventar hijos o empresas.
- Inflar ingresos o cargos laborales.
- Omitir que tienes familiares en EE. UU.
Esto es gravísimo. Si el oficial detecta una mentira, puede rechazarte la visa y, lo que es peor, inhabilitarte de por vida para volver a aplicar. Aunque el formulario lo haya llenado el asesor, tú eres el responsable legal de lo que se presenta. Exige siempre ver lo que se ha llenado en tu solicitud.
Muchas personas se presentan a su entrevista sin saber qué les puso su asesor en el formulario y se llevan tremendas sorpresas ante interrogantes del cónsul que no pueden contestar.
6. La promesa de obtener citas rápidamente
Los asesores migratorios prometen conseguir citas rápidas, pero en realidad solo monitorean la plataforma para captar cualquier cita que se libere por cambios o cancelaciones, algo que tú mismo podrías hacer. No tienen contactos especiales ni hacen nada extraordinario. Este servicio tiene valor si prefieres ahorrar tiempo y no invertir horas revisando constantemente.
7. Precios elevados
No criticamos que alguien cobre por su trabajo. Lo que debes saber es que, en muchos casos, los asesores famosos cobran cifras altas simplemente por su nombre. Esto no siempre se traduce en un mejor servicio ni en mayores probabilidades de éxito.
8. La fama del asesor no garantiza el resultado
En la actualidad, es común ver a asesores destacados en redes sociales, gracias a su contenido y la forma en que conectan con su audiencia. Si bien su presencia puede ser atractiva y brindar confianza, es importante recordar que la fama en plataformas sociales no siempre se traduce en resultados garantizados. Incluso los asesores más conocidos no pueden prometer el éxito en el proceso de obtención de la visa.
9. Toda la información ya está disponible en línea
La mayoría de los asesores simplemente consultan la página oficial de la embajada para extraer la información que te comparten. Si tienes tiempo, paciencia y disposición para investigar por tu cuenta, puedes hacer todo el proceso sin intermediarios. La mayoría de trámites migratorios son más sencillos de lo que parecen.
¿Cuándo sí vale la pena contratar un asesor?
No todos los asesores son estafadores. De hecho, algunos pueden marcar la diferencia en tu proceso… si sabes elegir bien.
Contratar a un profesional migratorio puede valer la pena si:
- Tienes un historial complicado, como rechazos anteriores, problemas legales o datos inconsistentes que podrían levantar sospechas.
- No sabes por dónde empezar y te abruma la idea de leer decenas de requisitos, llenar formularios y buscar documentos.
- Tu caso es muy específico, como visas por empleo, negocios o peticiones familiares con situaciones inusuales.
- Tienes poco tiempo disponible y prefieres pagarle a alguien para que te oriente paso a paso sin cometer errores tontos.
👉 En esos casos, un asesor con experiencia puede ayudarte a organizar tu solicitud, evitar errores comunes, y reducir tus probabilidades de rechazo.
Pero incluso ahí… no debes entregarte con los ojos cerrados. Verifica sus credenciales, pide referencias y asegúrate de que te expliquen todo antes de firmar o pagar.
¿Cómo identificar a un buen asesor migratorio?
Aunque hay señales claras que nos pueden ayudar a identificar a un buen asesor, la verdad es que no siempre es fácil saberlo hasta que empieces a trabajar con él. A continuación, te comparto algunas claves para que puedas evaluar desde la primera consulta si estás tratando con alguien competente:
- Que se enfoque en resultados, no solo en el dinero
Desde el primer encuentro, debes sentir que el asesor realmente está interesado en tu caso y no solo en cobrarte. Un buen asesor se dedica a obtener resultados positivos y busca ofrecerte un servicio de calidad. Si notas que lo único que te menciona es cuánto debes pagar, sin explicarte los pasos que debes seguir para obtener la visa, es una señal de advertencia. Un verdadero profesional se preocupa por ayudarte a resolver tu situación, no solo por su beneficio económico. - Que no sea ni excesivamente optimista ni demasiado pesimista
- Demasiado optimista: Un asesor que te diga que “todos califican” sin evaluar a fondo tu perfil, o que garantice la aprobación de tu visa sin importar tus antecedentes, probablemente no está siendo honesto. Este tipo de enfoque puede indicar que solo están interesados en tu dinero y no en ofrecerte una orientación realista.
- Demasiado pesimista: Por otro lado, un asesor que te haga sentir que no tienes ninguna oportunidad, incluso cuando cumples con todos los requisitos, también está fallando. El enfoque correcto es equilibrado: debe ser realista, pero también alentador.
- Que tenga experiencia específica en el trámite que necesitas
Cada proceso migratorio es único, con requisitos y reglas diferentes según el tipo de visa. Es esencial que el asesor tenga experiencia en el trámite que necesitas. Si no tiene conocimientos específicos en el proceso que estás gestionando, puede que no te pueda brindar la ayuda adecuada. No dudes en preguntar sobre su experiencia y especialización antes de contratar sus servicios. - Que sea honesto y siga las leyes
La ética y la honestidad son fundamentales. Un buen asesor migratorio nunca te va a sugerir que cometas ilegalidades ni te ofrecerá soluciones fraudulentas. Debe respetar las leyes tanto del país al que deseas ir como del país desde donde estás solicitando la visa. Su prioridad debe ser guiarte de manera legal y transparente, ayudándote a obtener la visa de forma ética, sin recurrir a atajos ni trampas.
En resumen: Ten cuidado a quién le confías tu proceso migratorio.
Una visa de paseo es más que un papel. Es la puerta para cumplir un sueño o recibir un golpe emocional y económico si te la niegan.
Por eso, antes de confiarle ese sueño a un desconocido:
- Pregunta.
- Compara.
- Sospecha de lo “demasiado fácil” o lo “asegurado”.
- Y recuerda: Lo que aprendes por tu cuenta se vuelve tu mejor defensa. Nadie protegerá tu sueño como tú mismo.
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