“De tin, marín, de do, pingüé, cucara, mácara, títere fue…”
¿Realmente la aprobación de la visa es como jugar a la lotería?
¿Por qué puede parecer una cuestión de suerte?
Por lo que se dice y por las malas experiencias
Seguramente has escuchado de personas que solicitaron visa y se la negaron, a pesar de que aparentemente “calificaban” o cumplían con los requisitos de solvencia económica que exige la embajada estadounidense.
Tal vez esa persona fuiste tú. Tenías un buen empleo, dinero en el banco, casa propia, vehículo, negocio… todo lo que, en teoría, conforma un “buen perfil”. Sin embargo, recibiste la amarga respuesta en ventanilla:
“Lo siento, no califica. Su visa ha sido denegada. Inténtelo otro día.”
Si te ha pasado —o conoces a alguien—, sabes lo frustrante que puede ser.
Ahora imagina que esa misma persona aplica varias veces y siempre recibe el mismo resultado: visa denegada, incluso cuando su perfil ha mejorado.
Y luego escuchas de alguien sin casa, sin carro, sin un buen empleo ni dinero, y ¡pum!… obtiene la visa.
Entonces, inevitablemente te preguntas:
¿Será que esto es cuestión de suerte? ¿Me tocó un cónsul de mal humor? ¿Ese día no estaban dando visas?
Y aunque parece lógico pensar así, la respuesta es clara y directa: no, no es una cuestión de suerte.
¿En qué se basan los oficiales consulares para aprobar o negar una visa?
Mismos criterios para toda Latinoamérica
Los oficiales consulares trabajan para el Departamento de Estado de EE. UU. y reciben un entrenamiento riguroso de aproximadamente dos meses. Allí aprenden cómo conducir entrevistas, cómo identificar perfiles sólidos y cómo aplicar las leyes migratorias.
Una vez capacitados, son enviados a distintas embajadas en Latinoamérica. Sin importar si el oficial está sirviendo en México, Colombia, Argentina, República Dominicana u otra parte de Latinoamérica, todos aplican el mismo criterio aprendido durante su formación.
No tienen permitido tomar decisiones al azar. Existen instrucciones específicas para evaluar cada perfil.
La “regla interna” del 50/50
Dentro de las embajadas se maneja una especie de equilibrio. Aunque no es una norma pública, se comenta entre exoficiales que al final de cada día, la proporción de aprobaciones y negaciones debe ser relativamente similar entre los oficiales en turno.
¿Por qué? Porque si un oficial aprueba al 80% de los candidatos y otro niega al 80%, claramente alguno no está aplicando bien el criterio aprendido.
Esto nos dice que la embajada sí desea que cada solicitante sea evaluado objetivamente, con justicia y bajo criterios estandarizados. No es al azar. No es por suerte.
Si no es suerte… ¿de qué depende entonces?
Vamos a resumirlo en tres factores clave:
1. No lograste convencer al oficial durante la entrevista
Aunque tengas documentos, propiedades y dinero en el banco, si no logras transmitir confianza o claridad en la entrevista, el oficial puede decidir negarte la visa.
Errores comunes:
- Contradecir lo que escribiste en el formulario DS-160 durante la entrevista.
- Justificaciones flojas o poco creíbles ante las preguntas del cónsul.
- Ocultar información a preguntas directas. “Como cuando tenemos un familiar ilegal en EE.UU o hemos tenido problemas con la ley”.
- Tener un ingreso bajo, pero decir que vas de compras a Miami o algún otro motivo de viaje costoso.
Al final, quien te evalúa es un ser humano. Si no logras convencerlo, es muy posible que desconfíe de ti.
Es como cuando alguien te cuenta algo y sospechas que está exagerando los hechos y simplemente no le crees. Esa sensación también puede experimentarla el cónsul.
2. Tienes un mal perfil
Un mal perfil es aquel que:
- No tiene suficientes lazos, arraigo o razones para volver a su país de origen.
- Tiene antecedentes judiciales.
- Ha violado condiciones migratorias anteriores (por ejemplo, trabajar con visa de turista).
- Ha permanecido mucho tiempo en EE. UU. en visitas anteriores.
La embajada busca evitar que alguien entre como turista y se quede a vivir o trabajar ilegalmente.
Si tu perfil se parece a esto, lo ideal es esperar y aplicar más adelante, cuando tus condiciones hayan mejorado.
3. El oficial puede equivocarse
Aunque siguen un entrenamiento, los oficiales también son humanos. Pueden tener malos días, malinterpretar tu información o simplemente dejarse llevar por prejuicios involuntarios.
Por eso, si crees que fue un error, puedes volver a aplicar.
¿Qué hacer si te negaron la visa?
No te rindas.
Después de una negación, puedes volver a aplicar tras al menos 6 meses. Aprovecha ese tiempo para:
- Revisar tu perfil con objetividad.
- Identificar puntos débiles.
- Mejorar tu preparación para la entrevista.
Y recuerda:
Que te aprueben la visa no es suerte, es estrategia, preparación y claridad.
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